Si una cosa da dinero es que es buena

El título no es mío, se lo he cogido prestado a uno de los ideólogos más relevantes de la situación en la que actualmente está inmersa nuestra sociedad (española, europea y mundial). Se trata de Rodrigo Rato cuando en semanas pasadas se refería al nuevo banco a través del cual una caja pasará a manos privadas.
Desde el punto de vista de un profano de la macro (y micro) economía, como es mi caso, da la impresión de que la crisis actual no solo fue una consecuencia de la vorágine especulativa sino que se trata de un plan que está siguiendo el capital para adueñarse del último céntimo de euro de los ciudadanos. Esto explica que no sólo no se han implementado mecanismos de control del mercado salvaje sino que las mismas personas que se sentaban en los cargos directivos de aquellas financieras siguen allí, cobrando cada vez más y, además, aconsejando al mundo sobre qué medidas han de adoptarse para salir de la crisis.

RICOS Y POBRES

No es nuevo que en este mundo siempre ha habido ricos y pobres pero la situación actual marca unas brechas en la sociedad de una profundidad insondable que cada día marca un nuevo récord. Existen movimientos especulativos de gran magnitud que se producen en el día a día que desde la perspectiva legal son aceptados pero que desde el punto de vista social son claramente delictivos: es eso de que los robos y estafas cuando superan un determinado volumen dinerario pasan a denominarse negocios. He oído que hay quien negocia con la posibilidad de comprar algo que ni siquiera tiene: es decir se gana dinero sin dar nada a cambio… algo que en la realidad ningún probo ciudadano puede hacer.

LA BRECHA NORTE-SUR

Este sistema perverso (intrínsecamente perverso como decía Pío XI del comunismo) provoca sus efectos más devastadores en los habitantes del tercer mundo donde se unen gobiernos corruptos, multinacionales parásitas y distribución injusta de recursos que se agravan por guerras tribales y poblaciones enteras de personas desplazadas que cambian su estatus de ciudadano de tercera por el de refugiado. Precios de materias primas controlados por especuladores y estructuras económicas (banco mundial, FMI, G-6,…) asfixian las economías de subsistencia de estos países.

UNA SOCIEDAD PROPIEDAD DE LOS BANCOS

Volviendo a nuestro mundo lo que nos encontramos es que la crisis, lejos de provocar la esperada y lógica reacción de los estados en el desarrollo de mecanismos efectivos de control estricto de la especulación, ha desembocado en una situación en la que los gobiernos (incluyendo a los supuestamente de izquierda) han perdido toda su capacidad de maniobra y sólo les queda el seguir al pie de la letra el dictado de bancos y financieras. Ríos de dinero público se dirigen a esas entidades con el sólo objeto de su saneamiento (y apropiación) sin siquiera plantearse un atisbo de control estatal: muchas entidades podrían haberse nacionalizado con este precio que estamos pagando entre todos. Por el contrario es continuo el flujo de privatización de empresas públicas y recientemente oíamos cómo no había que preocuparse por las cajas de ahorros porque nos las iba a comprar China.

LO ANORMAL ES NORMAL

Esta semana he asistido a un hecho que me ha preocupado seriamente, se trata del caso de una persona mayor a la que en su hospital público el traumatólogo le indicó una operación de su cadera en marzo y le han dado hora para intervenirse en octubre (siete meses). Tras insistir por tener mucho dolor le han informado que le podían operar en tan solo diez días, en el mismo hospital, de forma privada (6.000 euros). Desde la legalidad posiblemente no haya nada que objetar pero el tema no es ético ni estético. Y es que en Cataluña, comunidad desde la que hablo, el nuevo gobierno ha emprendido una serie de drásticos recortes en sanidad, educación y prestaciones sociales que superan lo razonable y tolerable. Lo que más molesta es el entusiasmo con el que el nuevo conseller (que viene de la patronal de hospitales privados) ha acometido el desmantelamiento de los servicios públicos en beneficio, por lo que se ve, de la sanidad privada.

CREEMOS ISLAS DE ECONOMIA REAL

Si, como es natural, no podemos esperar la solución del mundo financiero, ¿qué salidas nos quedan? Es posible que haya quien piense que el PP lo arreglará todo pero lo cierto es que la solución ha de venir desde abajo. Hace mucho tiempo que no escucho ninguna cosa interesante de ningún partido político cuyas dialécticas se basan en el “y tú más” dando por sentado que somos un atajo de idiotas.
Hemos de crear entornos de economía real en los que nuestro trabajo real que produce objetos y servicios reales se intercambie con el resto de personas reales que hacen lo propio. Como decía aquel futbolista francés: saquemos nuestro dinero del banco y utilicémoslo sólo para lo que sirve: para intercambiar nuestros tiempos y servicios. El origen de estas islas ya no es necesario que sea nuestro entorno físico cercano: las redes sociales han demostrado su poder en la creación de ideas y realidades.

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