El viaje frustado de Josep Pla

Hermós i Josep Pla

“¿Cuántos siglos hace que la gente de este país hace esta vida?¿Es que todo esto puede durar siempre?¿Toda esta delirante locura primitiva y decadente, no se acabará? A veces la felicidad del país me da miedo. Es tan notoria, que indefectiblemente está llamada a perderse”. (traducción libre del catalán).

En estas frases se condensa la esencia de lo que podemos encontrar en este maravilloso relato de Josep Pla a través de cuyas páginas vivimos una Costa Brava primitiva y auténtica hecha de una naturaleza apabullante y de unas gentes que conocen, aman y viven en ella desde hace siglos en un equilibrio cuasi perfecto.

Corrían los tiempos difíciles de la primera gran guerra y, a finales de septiembre de 1918, Sebastià Puig, conocido por todos como el Hermós, convence a Pla de emprender este épico viaje a Francia a visitar a sus amigos. Se trata de dar a todos una lección: “Hemos de demostrar que también se puede ir a Francia a remo y a vela. Ahora todo el mundo tiene embarcaciones de motor, todo el mundo se ha vuelto valiente y arriesgado...”. Por añadidura la aventura la completa el hecho de que ni tan siquiera llevan documentación alguna de la embarcación, un bote de 21 palmos (algo menos de 4,5 metros) y, por su puesto, no contaban con predicciones meteorológicas como las actuales.

Como datos prácticos, por si alguien se anima, los preparativos cuentan con la siguiente lista: colchonetas, mantas, fogón, saco de carbón, patatas, garrafa de vino de mallal (16 porrones), una caja con platos, ollas, cubiertos, cazuelas y parrillas. También embarcaron 4 palangres y la cofa con la moixonera (arte de pesca pequeño). La lista la acaban 2 pollos vivos dentro de un saco. Bien, también hay que añadir los cuarenta duros en billetes que lleva Pla.

Ahora solo nos queda disfrutar del mar, del viento y de la costa brava. Nos ayudarán las descripciones de Josep Pla. A modo de ejemplo (no sabía con cual quedarme) leemos: “La villa de Roses se abre tocada de una luz que parece acabada de hacer, nueva y viva. Cal blanca, sombras de color de pan moreno, tejados de piel de albaricoque”.

¡Ah!, que a nadie le asuste remar, porque “remar es un deporte delicioso: no fatiga nunca y deja el cuerpo justo para reposar”

El relato “Un viatge frustrat” se incluye en el segundo volumen de la obra completa de Josep Pla: Aigua de Mar. También está publicado en versión de bolsillo más reducida, así como traducción al castellano.

Web de la Fundació de Josep Pla

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