Todos en bici!

Vivir en una zona como el Maresme (Barcelona) te permite ir a la playa, hacer vela, pescar,… y disfrutar también de la montaña. Para esto es ideal la bici de montaña, nada más salir de casa el camino enseguida entra en el bosque de pinos, encinas y algarrobos. También alcornoques, madroños, avellanos, castaños, setas, flores,… hasta higos chumbos. Es frecuente ver ardillas, rastros de jabalí, conejos, tórtolas, pájaros de todas las clases. También sé que hay escorpiones y víboras aunque, en todos los años que llevo aquí, no he visto ninguna alimaña. He de confesar que sí me he encontrado con alguno al que le había picado.
A lo que iba, la bici es una herramienta perfecta para disfrutar del entorno y de uno mismo porque cuando llevas un par de días saliendo enseguida te encuentras a tono y tus resoplidos en las cuestas son cada vez menores y el piñón se va haciendo más pequeño a medida que tus piernas se vuelven más fuertes. Los beneficios del ejercicio son inmediatos: cuando mueves el esqueleto, los pulmones, el corazón, sudas,… tus neuras (el que esté libre que tire la primera piedra) se diluyen en la brisa de la tarde y se funden con las largas sombras de los árboles que jalonan el camino. El caso es que cuando llegas a casa todo te parece de color de rosa, o verde o azul y es que ¡realmente lo es!
Os invito a que aparquéis los resquicios de pereza y salgáis a caminar, bicicletear, nadar,…
Este es el resultado

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