Italia, de la Toscana al Véneto (tercera parte)

Las islas de la laguna.

A diferencia de Venecia, unida a tierra por el largo puente de la Libertad, al resto de islas sólo se llega por barco.

Murano, plagada de tiendas. Son curiosas las verdulerías ambulantes en pequeñas barcas que ofrecen su mercancía, directa desde la huerta, a los paseantes de las orillas. Visitamos las iglesias de SS. Maria e Donato y de San Pietro Martire. Elegimos el camino sombreado de la izquierda de “Fundamenta dei Vitrai” que es la calle más pintoresca de la isla. Casas bajas a ambos lados del canal y un sinnúmero de tiendas y restaurantes.


Mazzorbo, pequeña isla unida a Burano por un puente. Tiene solo una línea de casas y lo demás parecen campos. Un matrimonio mayor regenta la “Antica Trattoria alla Maddalena”. Es un restaurante de los de “toda la vida”, aunque el precio es algo caro nos animan el pescado a la parrilla y nuestros molidos pies. Pasta con cangrejo, parrillada, helados, café y sobremesa.

Burano: nada más llegar decidimos que es nuestra isla preferida. Rosa con azulón, verde manzana, granate, azul más claro, bermellón, verde oscuro, rojo,... colores vivos que se unen en las líneas de separación de una fachada con la siguiente, sin mezclas ni difuminados. Se dibuja un mosaico con todo el arco iris. Nos perdemos por sus calles y ríos con un rosario de tiendas en las que predomina el encaje. 



Punta Sabioni, un día de playa

Una vez ubicados en la playa junto al “Chiosco al Faro”, nuestra mirada dirigida hacia el interior de la laguna nos lleva a entender mejor el conjunto de la laguna de Venecia: la tierra firme dibuja un golfo que es cerrado por el equivalente a la Manga que en este caso tiene tres salidas al mar: Chioggia, Malamoco y Lido. Así pues en la franja de tierra hay dos islas alargadas: Pellestrina y el Lido de Venecia. Nos encontramos en la Chioggia y la tierra que vemos al otro lado del canal es el Lido.

Trafico continuo de barcos de todas las dimensiones, playa de arena finísima.

Más Venecia.

El Gheto, casas de cuatro plantas por callejuelas estrechas. Largas barbas, sombreros negros, rizos que cuelgan,... inquietan un tanto.

Callejeamos por Santa Croce En el Campo Salviaté nos sentamos en una terraza junto a un canal. Café, gasatta y té frío

El Squero di Zattere, pequeña dársena en Dorsoduro. Caen las primeras gotas, lo negro del cielo nos decide a sentarnos bajo techo, ignorando su terraza bajo sombrillas nos introducimos en el comedor interior de la gelateria Nico. Cuando la tormenta amaina y se asoma el sol entre las nubes disfrutamos de una de las mejores panorámicas de Venecia: al otro lado la Guiudecca


Paseando por el Dordosduro, en Foscani frente a los bomberos, encontramos “Il Gatto Matto”: marionetas, máscaras, adornos,... una maravilla de tienda-taller.

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