Y me dejo acariciar por la música

La música en ocasiones te acompaña, en otras te acaricia, o te inunda, o te agita en lo más hondo. Te hace feliz, te lleva de viaje por tu interior. Puede mover tu cuerpo o relajarlo en el sillón. Cuando la llamas siempre acude a tu rescate.
Hoy leo una entrevista en la que Silvia Pérez Cruz dice que escucha poca música porque le provoca torbellinos de emociones que le afectan profundamente sus sentimientos.
Esa voz cristalina que parece a punto de quebrarse solo puede ser Silvia

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