Asturias desde la Sienrina de Irene.

En San Juan de la Arena, pueblo que vive mirando al mar, hemos pasado unos días de asueto estival en esta preciosa casa rural restaurada y recuperada por Belen y Rafael. Se trata de una, según los anales, de las primeras casas de la zona y la parte más antigua era la vivienda de los abuelos de Rafael.


Nuestros antecesores habitantes, ya inquilinos de esta casa de aldea, resaltan en sus comentarios de internet los desayunos en la Sienrina. Efectivamente son preparados con esmero, destacando la bollería artesanal de la tía de Rafael: diversas fantasías en pasta rellena de crema, almendras y otros frutos secos y mermeladas y dulces varios.
Los desayunos tienen un gran complemento: las conversaciones con Rafael y Belen.
A los cinco minutos de charla con Rafael, hombre de mar y tierra, ya comprendes que San Juan es un pueblo de mar, a pesar de que las inmobiliarias casi no han dejado huella de las antiguas casas de pescadores o de los industriales de las conserveras de pescado que dibujaban un paseo jalonado de casas semejantes a las de los indianos en otras poblaciones. En su puerto las embarcaciones de recreo han desplazado casi en su totalidad a los barcos de pesca y unos modernos pantalanes han sustituido a los antiguos embarcaderos hechos con postes de madera.


SOCORRISTA
Rafael nos explica lo peligroso de las corrientes de la playa y que si te ves arrastrado por una de ellas has de dejarte llevar nadando en paralelo a la playa; como cuando trabajó de socorrista, en una ocasión la corriente alejó a dos bañistas gallegos y al ir a socorrerlos uno se dejó ayudar pero el otro les dijo “la mar me mete, la mar me saca”. Efectivamente al cabo de un buen rato salió exhausto el gallego que directamente fue al chiringuito a beberse un cubata...

CUDILLERO
También supimos que Cudillero se dice que fue un puerto refugio vikingo. Hasta no hace mucho sus gentes eran, en muchos casos, rubios y de ojos azules, gente muy marinera y cuando salían de fiesta eran temidos en todo el lugar por lo brutos que eran, “solo les faltaba llevar un casco con cuernos”.

EL BARIQUE
Nombre del bar que acaban de abrir en San Juan y que hace referencia a un arte de pesca para sardina: una red que se arrastraba por un costado, el pescado se agarraba por las agallas.

LA DRAGA
El dique que prolonga la ribera izquierda del Nalón, en San Esteban, se interna aproximadamente medio kilómetro en el mar. En su extremo se forma una barra donde rompen las olas y en el canal de entrada al puertos se sedimenta mucha arena. En los tiempos en los que el puerto de San Esteban tenía mucha actividad (todo el carbón de Asturias salía por aquí) había una draga de cazoletas que continuamente estaba trabajando en el canal. El ruido constante es uno de los sonidos incorporados en la infancia de todos los habitantes.

LA RULA
Es la lonja de pescado donde se reunían todos los pescadores por la mañana a mirar el barómetro de gran precisión que tenía (y tiene) instalado. Después valoraban el cariz del horizonte y hacían la previsión del tiempo decidiendo si salir o no. A los no entendidos sorprendía la exactitud de las previsiones, en ocasiones en días de gran oleaje sabían que adentro no había mar y salían. Por contra días aparentemente calmados quedaban en puerto: la tempestad a las pocas horas era segura.




EL ABU Y SU NIETO
Hoy cayó un niño por el camino del acantilado y se rompió varios huesos. Y ¡tuvo suerte! Porque en ese sitio “cien veces te caes, cien veces te matas”.

Belen nos contó sobre la casa y el humedal de San Juan

SIENRINA
La restauraron hace unos años, se trata de uno de los primeros asentamientos de San Juan. Todo el terreno era una un noble y lo dividió en parcelas (sienrinas era el nombre que se daba a las parcelas costeras). El nombre de sienrina consta en la escritura de la casa por lo que lo mantuvieron (a pesar de las confusiones que origina en el boca a boca): La Sienrina de Irene.

EL HUMEDAL
Entre la Sienrina y las casas de la playa hay una mancha verde que es un humedal con vegetación baja y arbolado. La tierra está en contacto con las aguas del río Nalón y se afecta por las mareas. Este pequeño humedal está poblado de aves autóctonas y migratorias. Desde hace unos años está en el punto de mira de constructores que tienen proyectado el desecarlo para construir. Una plataforma vecinal lucha por su conservación. De momento la crisis ha puesto tablas en el conflicto.

Lo cierto es que, a pesar de lo comentado, después de visitar playas cercanas (Salinas, Candás,...) nos quedamos con la sensación de que San Juan no tiene nada que ver, gracias a Dios, con ellas: es un pueblo tranquilo (en pleno mes de agosto) que te permite conocer la Asturias marinera sin apenas moverte de casa.
Queremos volver... tendrá que ser el próximo año...



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